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La imprenta. Más de 500 años haciendo historia
Desde que hace ya 550 años la imprenta llegara a España mucho han cambiado las cosas pero ese invento que revolucionó el mundo hoy sigue activo y en pleno crecimiento, como recuerda cada día el trabajo que desde el Grupo Signe desarrolla como imprenta de seguridad, imprimiendo todo tipo de papeles y todo tipo de documentos que nos recuerdan que la imprenta sigue más viva que nunca y en constante evolución.
Hoy repasamos la historia de la imprenta en España de la mano de nuestra compañera
Mariola Olmos de Pablos.
Un invento que llegó de Alemania
Hace 550 años que llegó la imprenta a España, el invento que desde Alemania introdujo la modernidad a mediados del siglo XV. Hasta mediados de dicho siglo, los libros se elaboraban mayoritariamente a mano y eran difundidos a través de copias manuscritas de monjes y frailes. Ya desde un siglo antes (XIV) encontramos los denominados libros xilográficos que se realizaban mediante planchas de madera grabadas en relieve, en las que se daba más importancia a las imágenes a las que se añadía breves textos explicativos.
Cuando hacia 1440 Johannes Gutenberg inventó la imprenta, resolvió los problemas ocasionados por el desgaste de los tacos de madera de ese sistema, al poder multiplicar las tiradas con la combinación del invento de los tipos móviles metálicos.
Los primeros incunables
A los libros realizados con el “nuevo arte maravilloso de escribir” desde su inicio hasta el 31 de diciembre de 1500, se les denomina incunables (salidos de la cuna). A pesar de la nueva técnica de elaboración, los primeros incunables eran muy parecidos a los manuscritos de la época: sin portada, disposición textual a dos columnas y tipos de letra y espacios para la decoración artesanal que los poseedores de los libros encargaban posteriormente: orlas en la primera página del texto, letras iniciales o los signos de párrafo.
Poco a poco los maestros impresores van cambiando las formas y elementos heredados y así, van cambiando los tipos de letra de gótica a redonda o romana, así como los caracteres griegos para los textos clásicos.
La imprenta va avanzando y superando lo que en principio se consideraban limitaciones, como la impresión de notas musicales, que si en los inicios se ponían a mano, después se incluyen las líneas -manualmente se harán solo las notas- y finalmente, con la doble impresión, se logra el completo de las partituras.
La imprenta llega a España
Tras algo más de dos décadas desde su invención, la imprenta llega a España en 1472, año en que Juan Párix de Heidelberg instala su taller en Segovia a instancias de su obispo, Juan Arias Dávila. El primer libro salido de esta imprenta es el Sinodal de Aguilafuente, actas del sínodo celebrado en esta villa segoviana entre el 1 y el 10 de junio de 1472, siendo hasta el momento el primer libro impreso en España y en español. El libro, tiene cuarenta y ocho hojas impresas y catorce hojas en blanco al final. Sin portada, comienza con el índice y presenta espacios en blanco para las iniciales. De este libro tan solo se conserva un ejemplar en el mundo en la catedral de Segovia.