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Variación de las propiedades del papel, una vez impreso
Papel soporte vs papel impreso ¿Las características técnicas se mantienen constantes?
Desde hace algún tiempo venimos observando que existe cierta confusión en este sentido, y no son pocas las veces que hemos respondido a cuestiones tales como: ¿Realmente la adición de tintas, u otro tratamiento, hace variar las propiedades iniciales del papel soporte?, ¿La calidad de este papel se ve alterada por el tratamiento posterior de impresión?,etc.
Antes de nada hemos de preguntarnos el ¿por qué exigir unas características técnicas al papel soporte?…respuesta que nos llega desde la propia palabra “soporte”, como sinónimo de base, apoyo, cimiento, etc, en definitiva aquello que recibirá o sustentará otros elementos hasta conseguir el documento final y completo. Por tanto, al papel soporte se le “prepara” con el objetivo de hacer que la impresión posterior sea exquisita, dotándole de unas propiedades intrínsecas específicas, como la blancura, la tonalidad, luminosidad, opacidad, lisura, porosidad, espesor, gramaje, encolado, etc.
Dicho lo anterior, es obvio que un proceso de impresión ordinario modifique alguna de las características del papel soporte, tal y como exponemos a continuación:
GRAMAJE (masa por unidad de superficie): Afecta a las propiedades físicas, ópticas, eléctricas del papel y, dicho sea de paso, influye en el aspecto económico en cuanto a que un mayor gramaje implica un mayor coste en la mayoría de los casos. Es, al igual que la dimensión, un requisito comercial o normativo y se asocia a la calidad del papel y a la capacidad de “autosoportarse” (imaginemos la diferencia entre el papel de fumar y un cheque bancario, por ejemplo). Obviamente, si el papel soporte va a sufrir una adición de elementos (tintas, medidas de seguridad, etc) su masa se incrementará y dará valores más altos de gramaje que los iniciales, por lo que es una característica que SI se modifica con la impresión posterior.
BLANCURA (%): Se mide a través del factor de reflectancia difusa a una longitud de onda determinada (en la zona azul del espectro) y se relaciona con lo blanco que es el papel, aspecto necesario para reproducir lo más fielmente posible los colores originales de las tintas (como el pintor que utiliza un lienzo blanco, y no azul, en sus obras). Evidentemente, si añadimos cualquier elemento de color a nuestro papel soporte (como lo hace la impresión), la blancura de éste SI se modifica.
OPACIDAD (%): Indica una mayor o menor transparencia (paso de la luz a través del papel), y se define como la relación entre el factor de reflectancia luminosa de una sola hoja con una cavidad negra como fondo, y el factor de reflectancia luminosa de un conjunto de hojas de un espesor total que el conjunto sea opaco. Si tenemos que imprimir por ambas caras debemos utilizar un papel bastante opaco para que las impresiones de cada lado no se solapen (como si ocurre con el papel moneda, por ejemplo). Al igual que en el caso anterior, la impresión SI modifica la opacidad del papel soporte por incluir elementos adicionales en su superficie.
LISURA (ml/min): Característica que nos revela lo íntimo que es el contacto entre tinta y papel alertándonos de posibles rugosidades que pudieran afectar a la homogeneidad de las impresiones posteriores. El valor de la lisura se suele expresar en ml de aire que pasan por la superficie del papel en un minuto. Evidentemente este aspecto SI se modifica al someter al papel a técnicas de impresión que conlleven un incremento de presión (concavidad) o de carga (convexidad), que hacen menos liso el papel y dificultan que la tinta impregne por igual todas las zonas, dando como resultado un documento de baja calidad.
POROSIDAD/PERMEABILIDAD (ml/min): Factor importante en cuanto a que se necesita un soporte con un volumen de huecos adecuado que ayude a que la tinta penetre en el interior del papel en su justa medida (ni que se “escurra” ni que se “cuele”), se fije a él y se seque de forma óptima según los estándares de calidad exigidos. Se mide en ml de aire que pasan desde una cara del papel hasta la otra y SI se modifica este valor inicial si analizamos el soporte una vez impreso, ya que las tintas tapan ligeramente los poros e impiden el paso del aire con la misma fluidez y caudal, dando valores de porosidad/permeabilidad menores, obviamente.
A la vista de lo anterior, hemos de ser muy rigurosos a la hora de exigir ciertas características técnicas al papel, ya que el cumplimiento de éstas garantizará que la impresión posterior se ajuste al soporte tan eficazmente como se le exige. Estas características, como es obvio, se refieren única y exclusivamente a este material, el papel soporte, y, aunque el proceso de impresión modifica alguna de ellas, no quiere esto decir que la calidad se vea mermada, sino todo lo contrario.