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    19 Jul 2023

    Una historia de libretas

    Cartilla diseñada por signe

    Hoy queremos hacer un poco de historia sobre un producto que elaboramos en Signe, la libreta de ahorros, también denominada “cartilla”.

     

    La libreta de ahorros ha sido para muchas generaciones de clientes de entidades financieras, su primer punto de contacto con el mundo del ahorro y la contabilidad.

    En la época actual, donde la digitalización está cambiando los hábitos de los usuarios de la banca, muchas entidades están optando por su retirada, otras sin embargo, están por la labor de mantenerlas, por ello nosotros no dejamos de producir este producto, que todavía se utiliza frecuentemente en España, sobre todo entre la gente mayor, de ahí nuestro compromiso con el producto.

     

    La libreta de ahorros es un pequeño documento físico en forma de cartilla o cuadernillo, expedido por una entidad de crédito, con varias hojas, en las que se anotan los movimientos de capital de la cuenta asociada. Ejerce como soporte físico de una cuenta de ahorro. En la actualidad, estos documentos se actualizan gracias a la digitalización de los movimientos bancarios, que se imprimen sobre la libreta cuando esta se introduce en un cajero o en una máquina adaptada, también llamada actualizador.

     

    ¿Qué datos contienen?

     

    En cada línea de detalle de la libreta se suele anotar la fecha de la operación, el concepto, la cantidad cargada o abonada, el saldo de la cuenta una vez efectuada la operación y el terminal operante, a esto se le denomina “asiento”. Y el conjunto resulta ser un extracto de la cuanta asociada.

     

    ¿De dónde vienen las libretas de ahorro?

    Libretas de ahorrLas libretas de ahorro que conocemos en la actualidad no siempre fueron operadas por máquinas. Hubo un tiempo en que los asientos eran anotados a mano y los cuadernillos recibían el nombre de «libretas de cuentas» porque facilitaban sumas y restas: eran al mismo tiempo un balance contable y un lugar donde efectuar esas cuentas.

    Ni estaban pensadas para ahorrar, ni se asociaban a una cuenta bancaria. Durante el siglo XVIII las libretas eran simplemente una forma de mantener la contabilidad. En Estados Unidos aún es frecuente que haya quien use uno de estos sistemas manuales para reflejar gastos en viajes o eventos.

    Algunas de las primeras versiones de una libreta asociada a una cuenta bancaria circulaban por Inglaterra ya en el siglo XIX. Entonces, el Post Office Savings Bank and National Savings ya había empezado a emitir este documento, cuyas operaciones eran selladas una a una para registrarlas.

     

    En España, las libretas de ahorro se comenzaron a extender a principios del siglo XX. Con todo, vivieron una época dorada hacia finales de siglo, cuando aparecieron los primeros cajeros que permitían actualizarlas de manera autónoma y sin supervisión del personal. (fuente: https://blog.caixabank.es/).

     

    Un documento muy importante para los “seniors”

     

    En la actualidad la utilización de la libreta de ahorro está muy vinculada al sector senior de usuarios. La digitalización ha avanzado en detrimento de la autonomía de este segmento, que suele tener mayores dificultades para operar con dispositivos electrónicos como los smartphones.

     

     

    La Fabricación de libretas de ahorro

     

    En Signe llevamos más de 20 años fabricando libretas y si bien es un documento cada vez más en desuso, somos de los pocos fabricantes que quedan a nivel nacional, comprometidos con el producto. La confección de estas está supeditado a un proceso de impresión y encuadernación de alta precisión, para que no den problemas de lectura en los cajeros automáticos y actualizadores, requiere de un control de calidad muy exhaustivo.

    Más de 600 millones de libretas editadas para las principales entidades financieras, nacionales e internacionales, avalan nuestra experiencia.

     

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